Me puse a pensar un rato sobre una persona que "se fue de viaje " hace poco. Inmediatamente después recordé entrañablemente a otros seres que ya partieron de este plano y a los que quise/quiero mucho.
Nuestra cultura ve a la muerte como algo extremadamente triste y casi trágico. Personalmente creo que la muerte es trágica sólo en las situaciones en las que la tragedia la elige,después, es algo natural de nuestra vida diaria. Es sólo un cambio de estado y si bien creo que duele la separación con las personas que amamos, nos deberían enseñar desde chicos a verla de otra manera. Y es altamente saludable querer una buena muerte de la misma manera que se anhela una buena vida. Todos nos merecemos un excelente viaje pero las condiciones dependen de nuestra voluntad y nuestros actos.
Reflexionando un poco más, empecé a imaginarme lo que sucedería en ese viaje, y esto fue lo que salió:
Llegué al punto donde el mundo
no tiene límites.
Llegué al punto donde la masa de energía
me traspasa y me transforma.
El mundo no es mundo y el límite no es límite.
Soy yo y miles más.
Miles de ojos, miles de luces, miles de pensamientos correctos.
Entiendo todo, aprehendo todo y lo transmito.
Mi cerebro analiza uniendo y no separando.
Camino sobre las aguas y vuelo en la tierra,
me deslizo en el aire y atravieso los fuegos propios y ajenos.
Vivo sin la densidad de la materia,
aunque fue necesaria y fue mi maestra.
Soy pleno siendo pequeño
en la inmensidad de un universo que me necesita.
Hay un Dios, pero no tiene nombre.
Llegué a la frontera donde el universo
no tiene límites,
y quiero quedarme en él.
Para Ser más, siendo más.
