El Universo se expande,
está en movimiento. Y tal vez el universo se esté expandiendo porque ahora
nosotros entendemos que es así. Aunque parezca que está quieto. Nosotros
también nos movemos aunque a veces parezca que no salimos del mismo lugar. Hay
movimientos imperceptibles para nuestro ojo humano, pero que son intuidos por nuestras Presencias aunque
no tengamos el conocimiento para captarlos. Cuando esto sucede, sólo sentimos
que “algo raro pasa”.
La visión del hombre
sobre todo lo que toca y ve, está cambiando. Necesita cambiar. Quienes de
nosotros podamos adaptarnos a este crecimiento veremos y pensaremos situaciones
y cosas que en otros momentos históricos hubiesen sido impensadas hasta para
nosotros mismos. Quienes de nosotros no podamos adaptarnos a este crecimiento
sólo permitiremos que aflore la
sensación de caos y desequilibrio, porque lo que está sucediendo ahora no puede
ser entendido a través de la inteligencia tradicional.
Hay energía en todos
lados, energía que se comporta de acuerdo a los estímulos y otros tipos de
energía que se mueven en otros universos. Las alas de una mariposa pueden
generar oleadas de energía en otras
partes, y esto no es una frase poética aunque sí tal vez una forma
poética de expresar una realidad. Todo se expresa. Los pensamientos son
energía, los sentimientos son energía, nuestras
acciones generan energías, las palabras mueven y emiten energía.
Todo tiene la
posibilidad de ser explicado y también tenemos la posibilidad de explicarnos,
rectificarnos, aceptarnos y transmutarnos.
La nueva física
cuántica nos muestra como es que este
universo está en movimiento y a través de su irrupción los relojes pasan a ser
los famosos relojes de la pintura de Dali. Hay varias dimensiones en las que
podemos incursionar. Somos surfeadores de dimensiones. La ciencia ficción es
ciencia realidad hoy por hoy.
Estamos en una realidad
interdimensional, hay nuevas frecuencias que están ingresando a nuestro planeta
y con ellas la posibilidad de expandir
nuestras conciencias. Un pensamiento correcto, un salto cualitativo y evolutivo
nos permiten pasar de una dimensión a otra. Las llaves que abren las puertas
interdimensionales son relojes de arena que al darlos vuelta abren la cerradura
de la dimensión que corresponda, tercera, cuarta ó quinta dimensión. Esta
última es en la que estamos llamados a incursionar en este momento evolutivo
planetario.
Cada una de ellas nos aporta algo particular y tenemos la
posibilidad de usarlas para nuestro crecimiento personal. Lo fundamental
es autoconocernos todo el tiempo, ya que
es la condición sine qua non para que la apertura de puertas funcione en forma
perfecta para cada uno de nosotros. ¿Porqué autoconocernos?, porque el
conocimiento es Luz y Poder en cualquier ámbito de la vida y es el que nos permite
reconocer la puerta/dimensión correcta para cada uno de nosotros y para lo que
estemos necesitando precipitar.