Primero sobrevino la
sorpresa ante su aparición y luego se fueron sucediendo momentos de
reconocimiento mutuo. Y me fui dando cuenta que de alguna manera hacía ya mucho
tiempo que nos habíamos encontrado, pero faltaba ponerle rótulo a nuestra convivencia.
Nacieron para ser
vistas como una herramienta de trabajo espiritual. Pueden ser utilizadas y
coexistir con cualquier técnica de trabajo interior ó convivir con la elección de crecimiento que
cada persona haga.
Son herramientas que
nos permiten anclarnos en la Luz nuevamente en los momentos de turbulencia que
todos tenemos, como las tríadas 2, 4 y 6. Disfrutar de la vida y fluir
libremente, como las tríadas 3, 5 y 7. Con la tríada 1 , simplemente, hacemos
una toma de posición, y puede ser utilizada en cualquier circunstancia de la
vida que vivamos conscientemente.
Son recordatorios
simples, mensajes prácticos. Llaves que pueden abrir puertas en situaciones en
las que creemos no tener salida. Son herramientas que señalan un ascenso
energético, cada concepto de la tríada marca una subida de conciencia con su
utilización.
No puedo decir cómo
deben ser usadas y tampoco en qué momento. Eso depende de cada Ser. Son herramientas
que pueden ser puestas en un “botiquín de emergencias espirituales” que cada
uno debe llevar consigo. Sobre todo las triadas que tienen correspondencia
inmediata con situaciones difíciles.
Las tríadas apelan a la
libertad sin dejar de sentirla con responsabilidad por la tarea que vinimos a
desarrollar. Ayudan a entrar en resistencia con la bruma que nos pueda estar
atacando ó a disfrutar las victorias que todos pasamos en nuestras luchas
cotidianas.