domingo, 25 de septiembre de 2011

Del por qué de las tríadas



 Las siete tríadas fueron naciendo progresivamente y se fueron generando desde mi intuición, en un lapso de tres meses. No tengo hijos todavía pero creo que nos fuimos reconociendo entre ambas como sucede en el proceso en el que un ser se hace madre ó padre.
Primero sobrevino la sorpresa ante su aparición y luego se fueron sucediendo momentos de reconocimiento mutuo. Y me fui dando cuenta que de alguna manera hacía ya mucho tiempo que nos habíamos encontrado, pero faltaba ponerle rótulo a nuestra convivencia.
Nacieron para ser vistas como una herramienta de trabajo espiritual. Pueden ser utilizadas y coexistir con cualquier técnica de trabajo interior ó  convivir con la elección de crecimiento que cada persona haga.
Son herramientas que nos permiten anclarnos en la Luz nuevamente en los momentos de turbulencia que todos tenemos, como las tríadas 2, 4 y 6. Disfrutar de la vida y fluir libremente, como las tríadas 3, 5 y 7. Con la tríada 1 , simplemente, hacemos una toma de posición, y puede ser utilizada en cualquier circunstancia de la vida que vivamos conscientemente.
Son recordatorios simples, mensajes prácticos. Llaves que pueden abrir puertas en situaciones en las que creemos no tener salida. Son herramientas que señalan un ascenso energético, cada concepto de la tríada marca una subida de conciencia con su utilización.
No puedo decir cómo deben ser usadas y tampoco en qué momento. Eso depende de cada Ser. Son herramientas que pueden ser puestas en un “botiquín de emergencias espirituales” que cada uno debe llevar consigo. Sobre todo las triadas que tienen correspondencia inmediata con situaciones difíciles.  
Las tríadas apelan a la libertad sin dejar de sentirla con responsabilidad por la tarea que vinimos a desarrollar. Ayudan a entrar en resistencia con la bruma que nos pueda estar atacando ó a disfrutar las victorias que todos pasamos en nuestras luchas cotidianas.